No cabe duda de que cada vez es mayor la conciencia social sobre la importancia de los sistemas forestales y los bosques en la salud del planeta y en consecuencia en la salud del género humano.
Pero a la vista de los últimos incendios ocurridos, es evidente que la actitud de los distintos sectores sociales no está a la altura del desafío que la actual situación nos presenta. Las condiciones climáticas que provoca el calentamiento global estimularán la proliferación de grandes incendios que serán un peligro para la continuidad de muchos de nuestros ecosistemas vegetales.
Ante esto, desde ARBA manifestamos la necesidad de actuar en las siguientes direcciones:
1. Establecer y asegurar una visión integral de respeto al medio natural en criterios de urbanización y ocupación del territorio.
La ausencia de una adecuada planificación del territorio nos aboca de nuevo a una falta de eficacia y eficiencia en la extinción de incendios al primar la intervención para evitar desastres materiales como quema de casas, chalets e instalaciones de todo tipo sobre la conservación de ecosistemas de altísimo valor ecológico. La desastrosa política de recalificación de suelo que ha permitido la construcción de urbanizaciones fuera de los límites urbanos, muchas veces en el interior de bosques y zonas de arbolado, incluso denso, hace que se gaste mucho tiempo y medios materiales en salvar posesiones privadas en lugar de apagar los incendios en los montes públicos o privados que son útiles para todos pues salvaguardan la rica biodiversidad de los ecosistemas vegetales.
2. Son necesarias medidas drásticas tanto en la prevención de incendios como en su extinción, entre ellas señalemos:
- Mayor dotación de medios económicos y humanos para la investigación de las causas que provocan los incendios (más del 80% son efecto directo de la intervención del hombre).
- Un mejor tratamiento informativo que rompa con el cliché al que nos tienen acostumbrado. En el que se informe de causas, consecuencias y sea a su vez más educativo.
- Eliminar las quemas agrícolas y limitar los fuegos para la obtención de pastos, tanto por la pérdida de biodiversidad del suelo como por la formación de gases de efecto invernadero, más en estos momentos en los que nos encontramos en un colapso climático.
- Prohibir la quema de basuras en vertederos durante todo el año, responsabilizando de ello a los ayuntamientos.
- Prohibir el uso del fuego en las zonas recreativas fuera de la zona de cocinas durante todo el año.
- Regular el uso de máquinas agrícolas y prohibir ese uso en labores de trabajos forestales en época de máximo riesgo de incendio.
3. Amplio programa de recuperación forestal basado en la regeneración natural de los bosques.
- Donde sea viable, hay que dejar que la naturaleza se regenere por sí misma, limitando la intervención humana en casos extremos de riesgo de erosión o de ausencia de reservas naturales de yemas y/o semillas autóctonas.
- En todo caso, las plantaciones se realizarían exclusivamente con especies arbóreas y/o arbustivas autóctonas, las más cercanas al lugar quemado.
4. Campañas de concienciación social para compromiso y respeto con el medio natural.
Más información:
- Los incendios forestales en España. Una lacra que hay que erradicar - Agosto 2019
- Actuación tras un incendio (Julio 2020). Una serie de pautas propuestas por ARBA que servirán para reducir gastos, mejorar la calidad de la planta del lugar, favorecer la autoregeneración natural del bosque y ayudar sólo cuando el daño imposibilita la mejora natural del espacio degradado por el incendio.
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