ASOCIACIÓN PARA LA RECUPERACIÓN

DEL BOSQUE AUTÓCTONO EN VALLADOLID

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MARTES de 19:30 a 21:30 h. en el vivero:

Facultad de Medicina, entrada por c/ Real de Burgos s/n (frente a la residencia Alfonso VIII)

sábado, 27 de febrero de 2010

PLANTACIÓN EN HONTORIA DE VALDEARADOS

Participaron 19 personas .

Se plantaron: 24 Salix purpurea, 12 Salix triandra, 60 Quercus faginea, 3 Sambucus nigra,
3 rosmarinus officinalis, 22 Cistus ladanifer, 12 Juniperus comunis, 12 Santolinas chamaecyparissus y 12 Rosa canina.
Organizada por ARBA Hontoria de Valdearados, ARBA Valladolid


LA CRÓNICA DE PEDRO


Hoy nos desplazamos a plantar hasta Hontoria de Valdearados al Sur de la provincia de Burgos. Mientras cargamos aperos y demás surge alguna duda a causa del mal tiempo, ¿se suspenderá la plantación? Esteban telefonea a Julián y todo sigue adelante.

Llevamos dos alveolos de rosales para intercambiar y dos especies de Salix a raíz desnuda provenientes de la parcelita de Inea entresacados ayer viernes 19 de febrero de 2010 por José Luis y algún arbero más.

Distribuidos en dos furgonetas tomamos el camino a Soria. El recorrido es largo hasta Aranda de Duero y menudean a ambos lados de la carretera las bodegas y haciendas de origen vinícola. De Aranda a destino nos quedan unos quince kilómetros de carretera solitaria y encantadora. Al llegar encontramos a Juliań detrás de su tupido bigote y su agradable rostro sonriendo al saludar.

También aparece Misael, guarda forestal que se pone manos a la obra junto a aprox. dos docenas de personas reunidas en torno a azadones, alveolos, estacas de marcado, protectores y como no, la planta: enebros, romeros, salix, jaras,...

La tierra, cercana a un arroyo caudaloso, está muy blanda --ha llovido y llueve mucho este año-- y se trabaja francamente bien salvo cuando se encuentran restos de la tejera que Misael no se cansa de afirmar existía a tiro de piedra de nuestros bienintencionados agujeros. Topar con restos de teja es un fastidio pero la buena tierra blanda se pone de nuestro lado agradeciendo con su facilidad el esfuerzo colectivo de arberos y simpatizantes.

En unas horitas que se me hacen breves y amenas ya hemos puesto a ras unas ciento treinta criaturas de raíz. A esta sensación grata contribuye el tiempo, nublado y fresco pero sin viento. Si no recuerdo mal, ésta es la primera plantación desta temporada otoño-invierno sin la compañía indeseada y constante del aire.

El paisaje está salpicado de sabinas, encinas y quejigos ya sin hoja y comentamos el favorable contraste con la desolada Tierra de Campos. Efrén observa como a partir de una zona cercana a Peñafiel los árboles y la vegetación natural asoma con timidez, paulatinamente con más fuerza y presencia a medida que nos acercamos a Hontoria. Burgos es, sin duda, más verde.

Con expresión sonriente Pruden me detalla la variedad y el contraste cromático de las diversas especies de Salix y de una de sus flores durante una de sus explicaciones mutuamente disfrutadas. En sus ojos, iluminados, asoma el deleite botánico mientras desgrana sin premura y de forma precisa, gozosamente, la maravilla particular de estos árboles. Hay colores hermosos no percibidos en la distancia ni de manera evidente, colores que hay que buscar de cerca y con la atención "encendida".

A estos momentos gratos suceden otros. Un grupo se acerca hasta el vivero de Hontoria ( me lo llevo preguntando un buen rato y al final tengo que formularlo: ¿Cómo se llaman a sí mismos los habitantes y nacidos en esta población? ) mientras otros permanecemos fascinados al lado del fuego de sarmientos húmedos con la vista atrapada por el baile irregular de las llamas al tiempo que extendemos agradecidos las manos hacia el calor.

Nadie salta las brasas y Graciano coloca material de barbacoa en las parrillas untadas previamente con sebo --detalle experto para que no se pegue la carne--.

En un ratito nos reunimos todos en torno a alargadas mesas provisionales dentro de un edificio que cuenta con un salón de actos-teatro de apreciable aforo. Tengo la sensación de que todo el pueblo cabría dentro perfectamente.

Mascamos y bebemos en porrón o en vaso echando en falta unicamente el roble sagrado alrededor del cual en las noches de Luna llena o en ocasiones especiales banquetean los habitantes de una pequeña aldea gala eternamente resistente al invasor romano. Ya sabeis...

Fuego y viandas, buena compañía y comentarios más animados a medida que el rojizo de los porrones se convierte en transparente se suceden.

Y si adorais lo que está vivo y crece, tomad descanso de vuestras ocupaciones, silbad alguna melodía preferida para relajar la mente inquieta y alejar las preocupaciones, esos murciélagos de alas oscuras y uníos a nosotros en la próxima Luna llena bajo las antiguas, sagradas y acogedoras ramas del roble. Así sea.

Fotos Plantación Hontoria de valdearados