ASOCIACIÓN PARA LA RECUPERACIÓN

DEL BOSQUE AUTÓCTONO EN VALLADOLID

www.arba-s.org

arbav@arba-s.org

MARTES de 19:30 a 21:30 h. en el vivero:

Facultad de Medicina, entrada por c/ Real de Burgos s/n (frente a la residencia Alfonso VIII)

lunes, 23 de noviembre de 2020

Qué es un bosque


Un bosque es un ecosistema natural complejo, dominado por especies arbóreas autóctonas locales y su vegetación acompañante, animales, hongos y microorganismos del suelo. Todos estos elementos establecen un conjunto de interrelaciones que perduran en el tiempo, autoabasteciéndose sin necesidad de la intervención del ser humano. No es, por tanto, un cultivo ni un conjunto de árboles uniformes y de idéntica edad.

Funciones que cumple el bosque

La ecofisiología o ecología forestal es la ciencia que estudia uno de los ecosistemas más desconocidos hasta el momento: el bosque. Esta ciencia debe de dar respuesta a la circulación de los nutrientes, la regulación de la hidrología, los ciclos de los elementos (oxígeno, nitrógeno, carbono, calcio, etc.), la formación de suelo, el proceso fotosintético, la biomasa, la evapotranspiración y un sin fin de procesos que en ellos se producen. 

Son muchas las funciones que cumplen los bosques, y los beneficios que nos aportan, pero es sin ninguna duda su propia existencia la más importante de todas.

Regulan el ciclo del agua.- Las masas boscosas retienen el agua de lluvia, facilitan una lenta infiltración en el suelo, permiten que se recarguen los acuíferos, evitan la erosión al reducir la velocidad del agua.

Las hojas interceptan entre el 15 y 30 por ciento del agua de lluvia y un 15 por ciento más lo hace el tronco y el ramaje, evitando que esta golpee directamente en el suelo.

Evitan la erosión y crean suelo.- Reteniendo la tierra con su entramado de raíces, además la caída de materia vegetal y su descomposición y mineralización va formando un suelo fértil.

Productores de oxígeno.- Siempre se ha dicho y seguimos manteniendo que los bosques y montes son los pulmones verdes de la tierra. La función clorofílica, entre otras funciones, consiste en tomar del aire el CO2 existente y desprender oxígeno.

Un bosque genera entre dos y tres veces más oxígeno que cualquier otro tipo de cultivo de igual superficie. Una hectárea de frondosas genera entre 10 y 20 toneladas de oxígeno al año.

Fijadores de dióxido de carbono.- La absorción del dióxido de carbono y la fijación que hacen de él los bosques, es primordial, más en estos momentos en el que el hombre ha aumentado sus emisiones contaminantes a la atmósfera.

Influencia en el clima.- En las zonas continentales más del 50% de la humedad del aire está ocasionada por el agua bombeada por las raíces y transpirada por las hojas de la vegetación. Cuando se talan los bosques el clima se hace más seco. Un bosque es capaz de mantener sus propias condiciones climáticas y producir un atemperamiento del clima en una amplia zona.

Reservas de un gran número de especies.- Los bosques ofrecen multitud de hábitats distintos, por lo que en ellos se puede encontrar una gran variedad de especies animales y vegetales. Siendo por lo tanto reservas de diversidad.

Acción depuradora.- Distintos contaminantes de la atmósfera y las aguas son retenidos y filtrados por los seres vivos del bosque.

Valor paisajístico.- Los bosques rompen la uniformidad y monotonía del espacio en el que se asientan, proporcionando un oasis visual de alta calidad. Además de estimular nuestros pensamientos, dándonos paz y sosiego, nos sirven de ocio y descanso.

Ilustración original de Txomin para el Manual básico para reforestar con plantas autóctonas editado por ARBA-Va.


Los cultivos forestales y los pinares de repoblación

Un cultivo forestal es una plantación de especies vegetales de interés comercial, alineadas, de la misma edad y por regla general alóctonas de la zona ya que se encuentran fuera de su área geográfica natural. Las especies más utilizadas históricamente, han sido pinos, eucaliptos y variedades de chopos. Su impacto negativo sobre el medio natural es muy notable. En numerosas actuaciones, la plantación de cultivos forestales va precedida por la eliminación de la vegetación natural del lugar. Salvo excepciones de gestión forestal sostenible donde el método de explotación del arbolado es compatible con el matenimiento de la diversidad y la estructura de la vegetación, los cultivos forestales suelen conllevar un conjunto de actuaciones silvícolas que producen un impacto medioambiental grande. El caso más extremo es la extracción de madera a matarrasa en turnos breves de corta (15-20 años).

Las choperas cultivadas son los cultivos forestales más característicos de nuestra región. Los chopos utilizados son clones resultantes de variedades híbridas especialmente seleccionadas por su rápido crecimiento (natural de la especie) y sus fustes rectos y limpios. Cuando llegan a su crecimiento óptimo se cortan a matarrasa para su posterior procesado. (Imagen: CiudadCiencia)


Los pinares de repoblación son el resultado de plantaciones con objetivos protectores (frente a la erosión fundamentalmente) que se llevaron a cabo en la segunda mitad del siglo XX. Estas repoblaciones se hicieron con la plantación monoespecífica de pino carrasco (Pinus halepensis) muy juntos unos de otros. Esto ha dado lugar a pinares densos y monótonos, con el pino como único protagonista, con una gran competencia por el agua, la luz y los nutrientes, teniendo en muchas ocasiones pinos débiles y enfermos, muy vulnerables al sufrir plagas, que son especialmente virulentas en épocas de sequía que llevan a la muerte a muchos de ellos. La falta de diversidad vegetal en estos pinares tiene como consecuencia la falta de diversidad de fauna, la no disponibilidad de alimento y de cobijo hace que la variedad de fauna sea muy limitada. Además la alta combustión de la madera de pino, junto a sus piñas y a sus hojas secas que llenan el suelo hace que el riesgo de propagación de incendio sea realmente alto y preocupante.

Interior de un pinar de repoblación con Pinus halepensis en la cuesta de un cerro (Renedo de Esgueva, Valladolid). Se aprecian los pinos alineados en el sentido de la pendiente, separados unos dos metros entre ellos en la línea. Solo tienen hojas vivas en el último tercio de su altura, todo lo demás son ramas secas. La alta densidad de plantación impide el crecimeinto adecuado de los árboles y el desarrollo del sotobosque.


 

Un ejemplo de repoblación inadecuada con Pinus halepensis (Soto de Cerrato, Palencia). La elevada pendiente de la cuesta y el material yesoso son inadecuados para la implantación de especies forestales. En este caso se realizó el aterrazado de la cuesta con maquinaria pesada para crear bancales donde plantar los pinos.


 

Creemos que la formación de nuevas masas forestales y la gestión de las existentes deben de regirse por estos principios:

Proteger, mantener y potenciar los montes existentes. En estos las tareas selvícolas deben ir dirigidas a la eliminación de especies exóticas, alóctonas de la zona y a la restauración de otros impactos ambientales, permitiendo la recuperación posterior de la vegetación por si misma.

Naturalizar las repoblaciones de pinos realizadas en el pasado con objetivos protectores (no productores). La gestión debería ir dirigida al saneamiento de los pinares para favorecer el establecimiento de especies autóctonas; se debe recuperar la vegetación autóctona allí donde haya desaparecido mediante plantaciones para incrementar la diversidad del monte y generar masas mejor preparadas frente a los incendios y las alteraciones climáticas.

3º Las nuevas plantaciones deben hacerse con especies autóctonas propias del lugar. Introducir otras especies no diversifica ni enriquece el monte, todo lo contrario, va en detrimento de las especies, tanto animales como vegetales, que después de miles de años de adaptación ven como su hábitat se degrada y desaparece.

Es importante prestar especial atención a los ecosistemas naturales y respetar aquellos que no constituyen bosques pero son representativos de comunidades y asociaciones vegetales autóctonas y ecológicamente relevantes: estepas, pastizales mediterráneos, saladares, maquias, garrigas, etc. Sobre todo aquellos definidos en la Red Natura 2000 y los que ya están protegidos como Lugares de Interés Comunitario (LIC) o Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA). No todo terreno es apto para plantar árboles.

La sociedad necesita de la industria de la madera y del papel y esta demanda debe ser cubierta con plantaciones forestales (cultivos), y estos se pueden realizar en tierras agrícolas abandonadas, evitando que se destruya más hectáreas de bosque y permitiendo a estos su recuperación y extensión, así como que estos alcancen su estadio de desarrollo ideal.




Más información:

lunes, 16 de noviembre de 2020

Siembra directa de especies arbustivas (2)

Este estudio forma parte del proyecto "Módulos de regeneración forestal" que ARBA-Va está desarrollando en una parcela cedida por la Junta de Castilla y León en el término de Aguilar de Campos.  El estudio corresponde con el Módulo 15 del proyecto. Actualizado: 13/06/2022.

Muchas de las áreas a las que nos enfrentamos en las plantaciones en las que ARBA Valladolid participa presentan un alto grado de degradación. La única vegetación presente son plantas anuales y vivaces. Este es el caso de escombreras o de antiguos terrenos dedicados a la agricultura.

Una estrategia posible y deseable para la regeneración de este tipo de áreas degradadas es la introducción mediante siembra directa de especies arbustivas autóctonas adaptadas a la zona. Estas especies deben tener un alto grado de resistencia a la insolación y la sequía estival.

Basándonos en Fos et al*, llevamos a cabo un ensayo en el que se pretende evaluar esta estrategia probando diferentes especies vegetales y diferentes técnicas de siembra (con sustrato y sin él).

Plano de situación del módulo 15.


El proceso que se ha seguido ha sido la recolección de semillas de las especies escogidas y su refrigeración hasta la fecha de siembra. En aquellas semillas donde es recomendable, se ha aplicado el tratamiento pregerminativo adecuado. Las siembras se han realizado en otoño.

La siembra se realizó en alcorques de 50 cm de diámetro aproximadamente, separados al menos 50 cm entre sí. Se removió el suelo ligeramente despejándolo de restos de plantas herbáceas para minimizar la competencia. Se realizó un pequeño alcorque para minimizar el efecto de arrastre de los vientos dominantes y actuar como captador de agua de lluvia que aproveche la posible escorrentía. Cada alcorque alberga semillas de una única especie para facilitar su seguimiento.

Se sembraron 100 semillas en cada alcorque. Se establecieron dos líneas de alcorques, una en la que se aportó sustrato rico en nutrientes. Se extendió en el alcorque, mezclado con la semilla y se apelmazó manualmente. Una segunda línea se sembró sin aportación de sustrato. Tras la siembra se hizo un riego de implantación para asentar el terreno, adherir la semilla al sustrato y comprobar la eficacia del alcorque en la retención de agua.

Aspecto de una de las microcuencas de siembra.



Ensayo A - Temporada 2018/2019

En el ensayo se utilizaron semillas de las siguientes especies (entre paréntesis el código de identificación):
    • Colutea arborescens (CA)
    • Dorycnium pentaphyllum (DP)
    • Coronilla minima (CM)
    • Lavandula latifolia (LL)
    • Salvia lavandulifolia (SL)
    • Hyssopus officinalis (HO)

Fecha de siembra: 16/12/2018.

Sustrato: Humus de lombriz.

Además del experimento programado, se llevó a cabo la siembra adicional de otras tres especies más: Santolina chamaecyparissus, Thymus zygis y Thymus mastichina. En este caso no se incorporó sustrato ni se contabilizó la semilla (debido a su pequeño tamaño). El objetivo es comprobar si se da la germinación mediante la siembra directa.

A lo largo de la temporada se revisó y contabilizó el estado del ensayo tanto en la germinación (marcado con *) como en la supervivencia (marcado con **).


En la segunda revisión del éxito de germinación del 19/05/2019 se observó que todos los ensayos con sustrato (humus de lombriz) presentaban la capa de sustrato superficial ligeramente removida y en al menos uno de ellos había señales patentes de haber sido escarbado un lado. Se sospecha que los ratones o las aves atraídas por el sustrato han removido la tierra. En el ensayo realizado directamente sobre la tierra no se aprecian señales de removido. Parece desaconsejable utilizar humus de lombriz como sustrato de apoyo a la germinación y en siguientes ensayos se optará por mantillo o fibra de coco.

En la revisión de agosto (11/08/2019) se constata que en el ensayo programado habiendo sido baja la germinación, el establecimiento de la planta ha sido nulo, no habiendo ningún plantón vivo en esa fecha.

Sin embargo, las semillas no cuantificadas de los Thymus y Santolina han tenido una elevada germinación y un establecimiento aceptable sin ningún apoyo ni de sustrato ni de riego (continuan presentes en 2020 tras una inspección visual). Al no haber cuantificado la semilla sembrada no podemos estimar el % de éxito. Estos resultados permiten añadir al catálogo de especies aptas para este tipo de restauración a Thymus spp. y Santolina.


Plantulas de Santolina ya establecidas en el invierno de 2019.
Desarrollo de las plántulas de la imagen anterior en el verano de 2020, que ya alcanzan una altura aproximada de 20cm.

 

Santolina en flor en junio de 2022.

Entre las causas del bajo éxito de germinación y establecimiento cabe señalar que el año hidrológico 2018-2019 en la península se sitúa como el cuarto con menos lluvias del siglo XXI tras los de 2003-2004, 2011-2012 y 2015-2016. En la zona de estudio se dio una primavera calurosa y seca con temperaturas atípicamente altas y el largo periodo veraniego no tuvo lluvias significativas.

Ensayo B - Temporada 2019/2020

En diciembre de 2019 ampliamos el estudio disponiendo en paralelo a la instalación inicial un ensayo similar al que hemos denominado Módulo 15 B.

Se utilizaron semillas de las siguientes especies (entre paréntesis el código de identificación):
    • Colutea arborescens (CA)
    • Dorycnium pentaphyllum (DP)
    • Lavandula latifolia (LL)
    • Salvia lavandulifolia (SL)
    • Hyssopus officinalis (HO)
    • Cistus laurifolius (CL)
    • Linum suffruticosum (LS)

Fecha de siembra: 15/12/2019.

Sustrato: Mantillo.

Se ha eliminado Coronilla minima porque no se encontró semilla viable en el verano de 2019. Se sustituye por Linum suffruticosum.

Se introduce Cistus laurifolius de semillas de las plantas de la propia parcela experimental (Módulo 1). Al introducir en el experimento semillas de estos individuos plenamente adaptados, se pretende valorar la germinación e implantación y la posible dispersión natural a partir del núcleo ya creado. (Nota: en 2022 se localizaron plantas germinadas en dicho módulo verificándose por tanto la dispersión natural).

En el ensayo con sustrato se ha sustituido el humus de lombriz (que en la temporada anterior se comprobó que era contraproducente) por mantillo ligeramente mezclado con la tierra de la propia parcela.

La temporada primavera/verano de 2020 han sido especialmente lluviosa, aunque las elevadas temperaturas máximas y la amplitud térmica del mes de julio han sido también inusuales. Se esperaban germinaciones más abundantes que las obtenidas.

Los resultados de esta temporada confirman que la adición de sustrato no mejora sustancialmente el éxito en la germinación o establecimiento, si no que además la atracción que ejerce sobre la microfauna es perjudicial para semillas y plántulas.

Los resultados con Dorycnium pentaphyllum lo señalan como otro candidato para el catálogo de especies adecuadas en restauraciones mediante microcuencas y siembra directa.

Plántula de Dorycnium pentaphyllum establecida en el verano de 2020.
 

Varias matas de Dorycnium desarrollándose en junio de 2022.
 

La adecuación de Dorycnium pentaphyllum para la zona de estudio se está verificando mediante seguimiento visual del Módulo 1, en el se puede comprobar que los individuos plantados hace más de 10 años producen semillas regularmente y que se están propagando de forma natural con la presencia de múltiples plantas en sus inmediaciones en diferentes estados de desarrollo.

 

Pequeñas matas de Hyssopus officinalis del ensayo 15B. A pesar de no haber detectado germinación en otoño de 2020, estas plantas proceden de la germinación de la primavera de 2021 en que no se hizo seguimiento. Es muy habitual que la semilla de algunas especies permanezca latente y germine en temporadas posteriores a la siembra.


Hyssopus officinalis preparándose para florecer en el verano de 2023.

Pequeña mata de Lavandula latifolia detectada en el verano de 2023.

Matas de Thymus zygis en el verano de 2023.



*Efecto de la época de siembra en ensayos de revegetación con especies arbustivas mediterráneas”. Se puede descargar en formato pdf en la siguiente dirección: http://secforestales.org/publicaciones/index.php/congresos_forestales/article/view/15800/15643



En el proyecto "Módulos de regeneración forestal" estamos estudiando diferentes combinaciones de árboles y arbustos, y de métodos de plantación para lograr una reforestación efectiva, económica y  natural de terrenos agrícolas abandonados y espacios degradados.

Los objetivos del proyecto son:
  • Recuperar vegetación autóctona en una zona en la que apenas subsisten vestigios de ella.
  • Reintroducir especies autóctonas, principalmente quercíneas.
  • Estudiar el comportamiento expansivo de arbustos acompañantes.
  • Estudiar el efecto nodriza de herbáceas y arbustos sobre semillas de encina y quejigo.
  • Crear fuentes semilleras de especies arbustivas y de fruto.
  • Estudiar el uso de micorrizas para la recuperación del suelo.

Descarga el informe completo en Proyecto "Módulos de regeneración forestal".

 

martes, 3 de noviembre de 2020

Construcción de cajas nido para polinizadores

 


Las abejas solitarias son especies polinizadoras muy eficaces, más incluso que las abejas de la miel, y por lo tanto muy importantes para los ecosistemas naturales y los cultivos agrícolas.

Mantener sus poblaciones en hábitats sensibles es una garantía para la conservación de la biodiversidad. Hay muchas especies de flora autóctona que dependen de diferentes especies de insectos para su polinización y la consecuente aparición de frutos y dispersión de semillas. Lo que beneficia también a las poblaciones de mamíferos y aves que se alimentan de frutos silvestres y domésticos.

Si queremos favorecer sus poblaciones en nuestro entorno próximo podemos ayudarlas aumentando sus recursos alimenticios si plantamos en nuestros jardines, parques y huertas diversas especies ricas en néctar y polen que las atraigan y garanticen la presencia de flor desde febrero a octubre.

Ofrecer opciones de refugio con la instalación de cajas nido es otra acción a nuestro alcance que además nos reportará beneficios, en las huertas aumentará la calidad y la producción de frutos y hortalizas, en especial leguminosas y solanáceas, sucederá algo parecido en muchos cultivos y frutales y también en los jardines particulares y parques públicos.

Las especies de abejas solitarias se encuentran en declive porque son muy sensibles a la exposición a productos agroquímicos y tienen dificultades para encontrar recursos alimenticios y de nidificación en espacios de uso agrícola intensivo y por la fragmentación y pérdida de hábitat.

Cómo hacer una caja nido

Piezas y medidas necesarias para la caja nido de ejemplo. Todas las medidas en cm. El grosor de tabla estimado es de 2 cm.

Materiales necesarios:

  • Tablero de madera para sacar las piezas. Puede ser tablero de pino sin tratar o madera reciclada de palets sin tratar.
  • Cañas de saúco, bambú, cicuta o similares. Evitar las ramas de higuera, cerezo, acacia y las piñas.
  • Beu.mailgun.orgeu.mailgun.orgBloques de madera, por ejemplo los tacos de los palets y/o troncos.
  • Aceite de linaza o cera natural para impermeabilizar el exterior de la caja.
  • Témpera escolar azul o violeta para pintar el frontal. Estos colores atraen a muchas de las abejas solitarias de los géneros Osmia, Megachile, Anthidium, Ceratina y Xylocopa. La témpera no es tóxica para los insectos.
  • Taladro y brocas de 4, 6 y 8 mm.
  • Tornillería (evitar clavos), avellanador, destornillador manual o de batería.
  • Brochas para la impermeabilización y las témperas.

Montaremos la caja siguiendo el despiece descrito. Conviene dejar un poco de vuelo de la cubierta por todos los lados para evitar que se mojen demasiado los laterales en caso de lluvia. También conviene que la trasera tenga 1 cm más a cada lado para proteger las uniones. Es muy importante que las tablas no tengan grietas o fisuras por donde pueda entrar agua, en especial en la cubierta.

Una vez montada, se puede aplicar el aceite de linaza en el exterior y se deja secar.

Cortaremos las cañas, los tacos de madera o los troncos un poco más cortos que la profundidad de la caja, en este caso como el lateral tiene 20 cm si quitamos 3 cm de margen nos da una longitud de 17 cm. De esta manera los orificios de entrada quedan más protegidos de la lluvia y el viento. Las cañas deben estar selladas en su parte posterior.

Perforaremos los tacos de madera y troncos con el taladro. Los agujeros se harán de forma aleatoria combinando diferentes diámetros de broca (4, 6 y 8 mm). La profundidad será la máxima que permita la broca. Hay brocas extralargas que permiten hacer agujeros más profundos.

Distribuiremos los tacos de madera, troncos y cañas dentro de la caja de tal manera que se ocupe todo el espacio disponible, no debemos dejar huecos. Por esos huecos pueden entrar avispas, tijeretas y otros insectos que se alimenten de las larvas y las provisiones de polen y néctar.

Una vez colocados, se pintarán los bordes frontales de la caja y algunas cañas con las témperas con colores azules o violetas.


Una vez terminada hay que instalarla en campo. La distancia al suelo ideal seria de 70 a 120 cm. Con más altura puede recibir demasiado viento. Se fija al suelo con estacas, sobre una mesa o una estructura de madera. En estas estructuras de madera debemos aplicar grasas o jabón en bandas horizontales que impidan el acceso a otros insectos no deseados (tijeretas, hormigas, pececillos de plata…). También es muy útil la cinta adhesiva de doble cara que se utiliza en cultivos de frutales.

La mejor orientación será sur o sureste. Conviene que reciba el máximo de luz y calor por la mañana para favorecer en su momento la salida de las crías y para fortalecerse a lo largo del día. La fecha más adecuada para instalar en el campo es a primeros de marzo.

Es importante revisar el estado de la caja nido en otoño tanto en el exterior como en el interior. La cubierta se puede impermeabilizar con otra mano de aceite de linaza o cera, si se aprecian rajas o grietas hay que sustituirla. Conviene sacar todas las cañas, tacos y troncos para limpiar la caja nido, detectar humedades o moho y sustituir los componentes deteriorados.

Solo queda observar la tarea de las abejas que con la mejora de las temperaturas del mes de marzo ya empezarán a hacer sus nidos.

Una hembra de abeja solitaria del género Andrena creando las celdas de su nido. Empieza por el fondo, va acumulando polen y cuando llega a la cantidad necesaria deposita un huevo. A continuación sella la celda con barro. Crea tantas celdas como le permite la profundidad de orificio y cuando llega al final lo sella con barro. A continuación buscará otro lugar para construir otro nido. Foto: María.

Osmia tricornis y cámaras con sus puestas. Foto: Óscar Aguado.

 

Sobre las abejas solitarias

En la península ibérica hay más de mil especies de abejas solitarias, más de 40 especies de abejorros y una especie de abeja de la miel.

El forrajeo es el transporte de provisiones de polen desde la flor al nido. Los patrones de forrajeo de las abejas sociales responden a la búsqueda de néctar, las abejas solitarias buscan principalmente el polen. Las abejas sociales mezclan el polen con néctar formando bolitas pero las solitarias transportan el polen en seco adherido a la mayor parte de su cuerpo de modo que el polen se dispersa en las siguientes visitas florales.

Se alimentan del polen que les aporta proteínas y del néctar como fuente de energía. El néctar está compuesto según la especie por diferentes proporciones de sacarosa, glucosa y fructosa.

Las especies de abejas polilécticas son aquellas que se alimentan y forrajean una variedad importante de plantas. Las especies oligolécticas se especializan en consumir polen de una sola familia o género.

Las hembras ponen de 10 a 30 huevos que recubren con polen, néctar y aceites, formando pequeñas cámaras que sellan con barro o restos de hojas. Para aprovisionar una cámara las hembras realizan de 700 a 1100 visitas florales. De los huevos emergen larvas que se alimentaran de esa provisión de polen, la larva se transforma en pupa y ésta en imago o adulto. Los huevos no fecundados serán machos y los fecundados serán hembras.

Hay géneros ectoparásitos en casi todas las familias de abejas. Las hembras ponen sus huevos en los nidos de otras especies pero los aprovisiona la hembra hospedadora. Las larvas de especies parasitas emergen antes que las legítimas y se alimentan de ellas y su provisión de polen.

Según sus hábitos sociales se agrupan o no en cuatro modalidades:

  • Colmenas. La Apis mellifera o abeja de la miel se organiza en castas especializadas en diferentes tareas, son muy grandes y duraderas.
  • Colonias. La abejorro reina pone sus huevos bajo tierra formando colonias que duran una temporada y son poco numerosas.
  • Agregación. Las hembras hacen sus nidos próximos o vecinos, pero cada hembra pone sus huevos y atiende únicamente su nido.
  • Solitarias. La gran mayoría de las especies hacen sus nidos en ramas, maderas o en el suelo de modo independiente, cada hembra atiende su nido.

Principales amenazas

Las abejas solitarias son muy sensibles a la exposición a productos agroquímicos (los insecticidas, fungicidas y herbicidas) usados en la agricultura intensiva, su utilización se considera una de las principales causas de su declive en Europa.

La pérdida y degradación de hábitats debida a la intensificación agrícola que implica la ausencia de flores silvestres con la consecuente disminución de recursos alimenticios y de espacios para construcción de nidos.

Los agentes patógenos, parásitos y enfermedades asociadas a las colmenas de Apis mellifera, como son la Varroasis, la Nosemosis de rápida transmisión y efectos devastadores  sobre estas poblaciones así como la introducción de especies invasoras como la avispa asiática, Vespa velutina.

La utilización de especies vegetales exóticas puede disminuir por competencia la efectividad en la polinización de las especies silvestres.

El cambio climático afecta a todos los polinizadores por los desajustes espaciales y temporales entre la aparición de la flor y la presencia del polinizador, además de la mortandad por eventos climáticos adversos y la condiciones más favorables para la expansión de especies invasoras.

El manejo de poblaciones elevadas de abejas de la miel trashumantes introducidas en hábitats sensibles suponen una competencia por los recursos florales con una reducción de los alimentos para las abejas silvestres.

La UICN publicó en 2014 la Lista Roja Europea de las 1965 especies de abejas presentes en Europa. El estudio concluye que un 9,2 % están amenazadas de extinción, un 7,7 % están en declive, en 12,6 % se encuentran estables y el 0,7 % se están incrementado. Para el 79 % la tendencia es desconocida. Varios países empiezan a desarrollar programas de protección sobre todo en zonas agrícolas. En España se elabora la “Estrategia nacional para la conservación de los polinizadores” aprobada por Conferencia Sectorial de Medio Ambiente el 21/09/2020.

Medidas de conservación 

Entre las medidas de conservación a tomar destacan dos: reducir o eliminar el uso de productos químicos como pesticidas, herbicidas e insecticidas y preservar los recursos alimenticios de los polinizadores silvestres.
  • Identificar y proteger las poblaciones de polinizadores más amenazados.
  • Identificar los hábitats importantes para los polinizadores y establecer medidas para su conservación.
  • Mejorar los hábitats en entornos agrícolas con calles de vegetación nativa entre frutales, el mantenimiento de lindes y la creación de márgenes florales en el entorno de los cultivos, permitiendo la aparición de las plantas autóctonas.
  • Elaborar manuales de buenas prácticas para la conservación de los polinizadores silvestres en la agricultura y en la apicultura.
  • Reducir o eliminar el uso de productos químicos como pesticidas, herbicidas e insecticidas en la agricultura.
  • Elaborar listados de plantas ricas en néctar y polen para su empleo en las medidas anteriores.
  • Promover y apoyar iniciativas desarrolladas por organizaciones no gubernamentales, empresas, fundaciones y asociaciones que contribuyan a divulgar la importancia de los polinizadores y su conservación.

Bibliografía

  • Aguado Martín, Luis Oscar; Ferreres Castiel, Alberto y Viñuela Sandoval, Elisa; 2015. Guía de Campo de los polinizadores de España, Ed. Mundi-Prensa.
  • Bartomeus, Ignasi y Molina, Curro. Guía de las abejas de España, Ed. Tundra.


Más información



Créditos:

  • Texto, planos e instrucciones de montaje: Raúl Garrido.
  • Fotos (durante un taller de construcción de cajas para polinizadores en el vivero de ARBA): Ángeles de Paz.
  • Foto del proceso de construcción de celdas: María González.
  • Foto de Osmia tricornis: Óscar Aguado.
  • Edición para web: Josué Valencia.