ASOCIACIÓN PARA LA RECUPERACIÓN

DEL BOSQUE AUTÓCTONO EN VALLADOLID

www.arba-s.org

arbav@arba-s.org

MARTES de 19:30 a 21:30 h. en el vivero:

Facultad de Medicina, entrada por c/ Real de Burgos s/n (frente a la residencia Alfonso VIII)

martes, 3 de noviembre de 2020

Construcción de cajas nido para polinizadores

 


Las abejas solitarias son especies polinizadoras muy eficaces, más incluso que las abejas de la miel, y por lo tanto muy importantes para los ecosistemas naturales y los cultivos agrícolas.

Mantener sus poblaciones en hábitats sensibles es una garantía para la conservación de la biodiversidad. Hay muchas especies de flora autóctona que dependen de diferentes especies de insectos para su polinización y la consecuente aparición de frutos y dispersión de semillas. Lo que beneficia también a las poblaciones de mamíferos y aves que se alimentan de frutos silvestres y domésticos.

Si queremos favorecer sus poblaciones en nuestro entorno próximo podemos ayudarlas aumentando sus recursos alimenticios si plantamos en nuestros jardines, parques y huertas diversas especies ricas en néctar y polen que las atraigan y garanticen la presencia de flor desde febrero a octubre.

Ofrecer opciones de refugio con la instalación de cajas nido es otra acción a nuestro alcance que además nos reportará beneficios, en las huertas aumentará la calidad y la producción de frutos y hortalizas, en especial leguminosas y solanáceas, sucederá algo parecido en muchos cultivos y frutales y también en los jardines particulares y parques públicos.

Las especies de abejas solitarias se encuentran en declive porque son muy sensibles a la exposición a productos agroquímicos y tienen dificultades para encontrar recursos alimenticios y de nidificación en espacios de uso agrícola intensivo y por la fragmentación y pérdida de hábitat.

Cómo hacer una caja nido

Piezas y medidas necesarias para la caja nido de ejemplo. Todas las medidas en cm. El grosor de tabla estimado es de 2 cm.

Materiales necesarios:

  • Tablero de madera para sacar las piezas. Puede ser tablero de pino sin tratar o madera reciclada de palets sin tratar.
  • Cañas de saúco, bambú, cicuta o similares. Evitar las ramas de higuera, cerezo, acacia y las piñas.
  • Beu.mailgun.orgeu.mailgun.orgBloques de madera, por ejemplo los tacos de los palets y/o troncos.
  • Aceite de linaza o cera natural para impermeabilizar el exterior de la caja.
  • Témpera escolar azul o violeta para pintar el frontal. Estos colores atraen a muchas de las abejas solitarias de los géneros Osmia, Megachile, Anthidium, Ceratina y Xylocopa. La témpera no es tóxica para los insectos.
  • Taladro y brocas de 4, 6 y 8 mm.
  • Tornillería (evitar clavos), avellanador, destornillador manual o de batería.
  • Brochas para la impermeabilización y las témperas.

Montaremos la caja siguiendo el despiece descrito. Conviene dejar un poco de vuelo de la cubierta por todos los lados para evitar que se mojen demasiado los laterales en caso de lluvia. También conviene que la trasera tenga 1 cm más a cada lado para proteger las uniones. Es muy importante que las tablas no tengan grietas o fisuras por donde pueda entrar agua, en especial en la cubierta.

Una vez montada, se puede aplicar el aceite de linaza en el exterior y se deja secar.

Cortaremos las cañas, los tacos de madera o los troncos un poco más cortos que la profundidad de la caja, en este caso como el lateral tiene 20 cm si quitamos 3 cm de margen nos da una longitud de 17 cm. De esta manera los orificios de entrada quedan más protegidos de la lluvia y el viento. Las cañas deben estar selladas en su parte posterior.

Perforaremos los tacos de madera y troncos con el taladro. Los agujeros se harán de forma aleatoria combinando diferentes diámetros de broca (4, 6 y 8 mm). La profundidad será la máxima que permita la broca. Hay brocas extralargas que permiten hacer agujeros más profundos.

Distribuiremos los tacos de madera, troncos y cañas dentro de la caja de tal manera que se ocupe todo el espacio disponible, no debemos dejar huecos. Por esos huecos pueden entrar avispas, tijeretas y otros insectos que se alimenten de las larvas y las provisiones de polen y néctar.

Una vez colocados, se pintarán los bordes frontales de la caja y algunas cañas con las témperas con colores azules o violetas.


Una vez terminada hay que instalarla en campo. La distancia al suelo ideal seria de 70 a 120 cm. Con más altura puede recibir demasiado viento. Se fija al suelo con estacas, sobre una mesa o una estructura de madera. En estas estructuras de madera debemos aplicar grasas o jabón en bandas horizontales que impidan el acceso a otros insectos no deseados (tijeretas, hormigas, pececillos de plata…). También es muy útil la cinta adhesiva de doble cara que se utiliza en cultivos de frutales.

La mejor orientación será sur o sureste. Conviene que reciba el máximo de luz y calor por la mañana para favorecer en su momento la salida de las crías y para fortalecerse a lo largo del día. La fecha más adecuada para instalar en el campo es a primeros de marzo.

Es importante revisar el estado de la caja nido en otoño tanto en el exterior como en el interior. La cubierta se puede impermeabilizar con otra mano de aceite de linaza o cera, si se aprecian rajas o grietas hay que sustituirla. Conviene sacar todas las cañas, tacos y troncos para limpiar la caja nido, detectar humedades o moho y sustituir los componentes deteriorados.

Solo queda observar la tarea de las abejas que con la mejora de las temperaturas del mes de marzo ya empezarán a hacer sus nidos.

Una hembra de abeja solitaria del género Andrena creando las celdas de su nido. Empieza por el fondo, va acumulando polen y cuando llega a la cantidad necesaria deposita un huevo. A continuación sella la celda con barro. Crea tantas celdas como le permite la profundidad de orificio y cuando llega al final lo sella con barro. A continuación buscará otro lugar para construir otro nido. Foto: María.

Osmia tricornis y cámaras con sus puestas. Foto: Óscar Aguado.

 

Sobre las abejas solitarias

En la península ibérica hay más de mil especies de abejas solitarias, más de 40 especies de abejorros y una especie de abeja de la miel.

El forrajeo es el transporte de provisiones de polen desde la flor al nido. Los patrones de forrajeo de las abejas sociales responden a la búsqueda de néctar, las abejas solitarias buscan principalmente el polen. Las abejas sociales mezclan el polen con néctar formando bolitas pero las solitarias transportan el polen en seco adherido a la mayor parte de su cuerpo de modo que el polen se dispersa en las siguientes visitas florales.

Se alimentan del polen que les aporta proteínas y del néctar como fuente de energía. El néctar está compuesto según la especie por diferentes proporciones de sacarosa, glucosa y fructosa.

Las especies de abejas polilécticas son aquellas que se alimentan y forrajean una variedad importante de plantas. Las especies oligolécticas se especializan en consumir polen de una sola familia o género.

Las hembras ponen de 10 a 30 huevos que recubren con polen, néctar y aceites, formando pequeñas cámaras que sellan con barro o restos de hojas. Para aprovisionar una cámara las hembras realizan de 700 a 1100 visitas florales. De los huevos emergen larvas que se alimentaran de esa provisión de polen, la larva se transforma en pupa y ésta en imago o adulto. Los huevos no fecundados serán machos y los fecundados serán hembras.

Hay géneros ectoparásitos en casi todas las familias de abejas. Las hembras ponen sus huevos en los nidos de otras especies pero los aprovisiona la hembra hospedadora. Las larvas de especies parasitas emergen antes que las legítimas y se alimentan de ellas y su provisión de polen.

Según sus hábitos sociales se agrupan o no en cuatro modalidades:

  • Colmenas. La Apis mellifera o abeja de la miel se organiza en castas especializadas en diferentes tareas, son muy grandes y duraderas.
  • Colonias. La abejorro reina pone sus huevos bajo tierra formando colonias que duran una temporada y son poco numerosas.
  • Agregación. Las hembras hacen sus nidos próximos o vecinos, pero cada hembra pone sus huevos y atiende únicamente su nido.
  • Solitarias. La gran mayoría de las especies hacen sus nidos en ramas, maderas o en el suelo de modo independiente, cada hembra atiende su nido.

Principales amenazas

Las abejas solitarias son muy sensibles a la exposición a productos agroquímicos (los insecticidas, fungicidas y herbicidas) usados en la agricultura intensiva, su utilización se considera una de las principales causas de su declive en Europa.

La pérdida y degradación de hábitats debida a la intensificación agrícola que implica la ausencia de flores silvestres con la consecuente disminución de recursos alimenticios y de espacios para construcción de nidos.

Los agentes patógenos, parásitos y enfermedades asociadas a las colmenas de Apis mellifera, como son la Varroasis, la Nosemosis de rápida transmisión y efectos devastadores  sobre estas poblaciones así como la introducción de especies invasoras como la avispa asiática, Vespa velutina.

La utilización de especies vegetales exóticas puede disminuir por competencia la efectividad en la polinización de las especies silvestres.

El cambio climático afecta a todos los polinizadores por los desajustes espaciales y temporales entre la aparición de la flor y la presencia del polinizador, además de la mortandad por eventos climáticos adversos y la condiciones más favorables para la expansión de especies invasoras.

El manejo de poblaciones elevadas de abejas de la miel trashumantes introducidas en hábitats sensibles suponen una competencia por los recursos florales con una reducción de los alimentos para las abejas silvestres.

La UICN publicó en 2014 la Lista Roja Europea de las 1965 especies de abejas presentes en Europa. El estudio concluye que un 9,2 % están amenazadas de extinción, un 7,7 % están en declive, en 12,6 % se encuentran estables y el 0,7 % se están incrementado. Para el 79 % la tendencia es desconocida. Varios países empiezan a desarrollar programas de protección sobre todo en zonas agrícolas. En España se elabora la “Estrategia nacional para la conservación de los polinizadores” aprobada por Conferencia Sectorial de Medio Ambiente el 21/09/2020.

Medidas de conservación 

Entre las medidas de conservación a tomar destacan dos: reducir o eliminar el uso de productos químicos como pesticidas, herbicidas e insecticidas y preservar los recursos alimenticios de los polinizadores silvestres.
  • Identificar y proteger las poblaciones de polinizadores más amenazados.
  • Identificar los hábitats importantes para los polinizadores y establecer medidas para su conservación.
  • Mejorar los hábitats en entornos agrícolas con calles de vegetación nativa entre frutales, el mantenimiento de lindes y la creación de márgenes florales en el entorno de los cultivos, permitiendo la aparición de las plantas autóctonas.
  • Elaborar manuales de buenas prácticas para la conservación de los polinizadores silvestres en la agricultura y en la apicultura.
  • Reducir o eliminar el uso de productos químicos como pesticidas, herbicidas e insecticidas en la agricultura.
  • Elaborar listados de plantas ricas en néctar y polen para su empleo en las medidas anteriores.
  • Promover y apoyar iniciativas desarrolladas por organizaciones no gubernamentales, empresas, fundaciones y asociaciones que contribuyan a divulgar la importancia de los polinizadores y su conservación.

Bibliografía

  • Aguado Martín, Luis Oscar; Ferreres Castiel, Alberto y Viñuela Sandoval, Elisa; 2015. Guía de Campo de los polinizadores de España, Ed. Mundi-Prensa.
  • Bartomeus, Ignasi y Molina, Curro. Guía de las abejas de España, Ed. Tundra.


Más información



Créditos:

  • Texto, planos e instrucciones de montaje: Raúl Garrido.
  • Fotos (durante un taller de construcción de cajas para polinizadores en el vivero de ARBA): Ángeles de Paz.
  • Foto del proceso de construcción de celdas: María González.
  • Foto de Osmia tricornis: Óscar Aguado.
  • Edición para web: Josué Valencia.

1 comentario:

Laura Sanz de Marco dijo...

Muy interesante. Desde hace años abejas solitarias preparan sus nidos en los agujeros que están por defecto en las ventanas de madera de mi casa. Me encanta observarlas.