ASOCIACIÓN PARA LA RECUPERACIÓN

DEL BOSQUE AUTÓCTONO EN VALLADOLID

www.arba-s.org

arbav@arba-s.org

MARTES de 19:30 a 21:30 h. en el vivero:

Facultad de Medicina, entrada por c/ Real de Burgos s/n (frente a la residencia Alfonso VIII)

jueves, 25 de noviembre de 2021

Recuperando un tramo de bosque de ribera en Becilla de Valderaduey


Los bosques de ribera están formados por árboles y arbustos de hoja caduca, próximos a los ríos y cauces de agua. Tienen una función importantísima de protección contra las riadas y la erosión, depuración de aguas, alimento y protección de peces y fauna piscícola, desecación y saneamiento de zonas pantanosas, y además dan heterogeneidad a los paisajes monótonos de las grandes extensiones cultivadas o de los bosques colindantes. También actúan como excelentes cortafuegos.

Dependiendo de la proximidad al agua se pueden diferenciar varias zonas, ocupadas por diferentes especies:

Distribución general de las diferentes especies respecto al cauce del río. Fuente: Manual básico para reforestar con plantas autóctonas (ARBA-Va)
 

Cerca del cauce, y frecuentemente en contacto directo con el agua, encontraremos sauces con porte arbustivo, y quizá alisos. Ambas especies soportan bien las crecidas y los encharcamientos.

Un poco más alejados encontraremos tarays, más sauces, álamos y chopos. No precisan contacto directo con el agua y les basta su humedad.

Y todavía un poco más alejados, encontraremos fresnos y olmos.

Pero además de estos árboles “principales”, el bosque de ribera alberga una multitud de árboles menores, arbustos, lianas y herbáceas, que hacen que estos espacios sean habitados por todo tipo de animales: anfibios, aves, insectos, mamíferos... Estos sotos son un lugar de refugio, reproducción y alimentación fundamental para la fauna y contribuyen a incrementar la diversidad de flora y fauna de un territorio.

El Valderaduey es un río de Tierra de Campos con un marcado estiaje en verano. Está encauzado entre motas para evitar las inundaciones periódicas de los campos de cultivo colindantes.

En el término de Becilla el río no cuenta con ningún tramo de soto, ya que los cultivos llegan hasta el mismo borde de las motas. Estas se desbrozan periódicamente hasta prácticamente el borde del agua para que estén "limpias" y sean transitables, eliminando con ello todo tipo de vegetación herbácea y arbustiva. El cauce del río es dragado periódicamente para eliminar la concentración de carrizo y el cieno que se saca se deposita en la parte opuesta de la mota. El único testimonio de los sotos son unos pocos chopos alineados en algunos tramos del río y algunos sauces con las raíces prácticamente sumergidas en el cauce.

Foto del Valderaduey desde la mota de encauzamiento. A la izquierda se ve el cauce del río cubierto de carrizo (Phragmites australis). A la derecha sobre la mota chopos canadienses (Populus x canadensis).

Para remediar esta ausencia de sotos, el pasado día 21 de noviembre más de 50 personas de todas las edades nos juntamos a iniciativa de la Asociación Cultural Becilla en Movimiento y llevamos a cabo una plantación de especies autóctonas de ribera con el objetivo de recuperar un pequeño espacio de bosque de ribera.

La parcela elegida junto al río es un antiguo prado perteneciente al ayuntamiento que lleva muchos años sin uso de ningún tipo. Se pueden apreciar en él algunos olmos dispersos, seguramente de semillas de olmo siberiano (Ulmus pumila) provinientes de ejemplares de las cercanas piscinas del pueblo. El olmo siberiano no es autóctono de la península ibérica, pero se ha asilvestrado en algunos lugares como resultado de su uso en jardinería. El olmo característico en Tierra de Campos era el “negrillo” (Ulmus minor). Sus terrenos naturales, especialmente las vegas, fueron progresivamente transformados para el cultivo agrícola. La presencia de olmos negrillos adultos es escasa por la pérdida de sus áreas naturales y por la pandemia de grafiosis que acabó a partir de los años 70 con la inmensa mayoría de olmedas de la península, Europa y Norteamérica.

Como vimos antes, los olmos se sitúan en el espacio de la ribera más alejado del cauce, pues se contentan con tener humedad en el subsuelo. Para acompañarlos plantamos fresnos (Fraxinus angustifolia), sauces (Salix sp.) y una gran variedad de arbustos presentes en las riberas y que son una fuente importantísima de alimento para la fauna: saúco (Sambucus nigra), majuelo o espino albar (Crataegus monogyna), rosal (Rosa sp.), endrino (Prunus spinosa), cornejo (Cornus sanguinea), bonetero (Eounymus europaeus) y aligustre (Ligustrum vulgare).

Un momento de la plantación.

Esperamos que esta sea la primera plantación de muchas y que podamos crear un pequeño bosque de ribera para su disfrute mediante actividades recreativas y de educación ambiental, ya sea con un simple paseo por un entorno agradable o con la contemplación de la flora y la fauna ya que la vegetación de ribera provee refugio y alimentación a diversos insectos polinizadores, aves migratorias y residentes y pequeños mamíferos.

Recursos:

 


No hay comentarios: